Hace unos días, dos turistas recibieron un mensaje de parte de un oso polar que nadaba en uno de los estanques del Zoológico de Rotterdan, en Holanda. Los turistas pensaban que Vicks, el oso, sólo estaba jugando con ellos, mostrándose a través del vidrio del estanque y estaban fascinados viéndolo nadar.
Vicks bajaba y subía, ellos sentían que algo intentaba decirles hasta que, llegado un momento, puso su pata sobre el cristal como diciendo “mírenme, escúchenme”. Como no le prestaron demasiada atención, decidió cambiar su plan…
Fue entonces que subió a la superficie, tomó una roca y la lanzó contra el vidrio, trizándolo y asustando a los turistas.
Lo más increíble de todo, es que Vicks no es el único oso que ha tenido este comportamiento. Un oso pardo, en la ciudad de Minnesota, también tomó una roca para romper el cristal que lo mantenía encerrado. Ambas conductas nos recuerdan que los osos son animales inteligentes y que, ciertamente, no les gusta estar encerrados.
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