Estar descontento en tu ámbito laboral va a afectar tu bienestar y tu estado de ánimo.
A veces pasamos el mismo tiempo en el trabajo que en casa, o incluso más. Por eso no es malo para la salud estar descontentos con el empleo. Estar tantas horas de mal humor o infeliz repercute, aunque no queramos, en nuestro bienestar.
Un sondeo reciente de una consultora privada arrojó que el 76,6% de los argentinos con empleo formal en el país tiene como objetivo de 2019 buscar un nuevo trabajo. Es decir, que un porcentaje chico de la población está feliz con su puesto actual.
Si bien es difícil medir un asunto tan subjetivo como la alegría, porque depende sobre todo de la percepción personal de las cosas, hay tres elementos que suelen integrar un puesto de trabajo que te hace feliz: un sueldo que permita cubrir tus necesidades y deseos, unos compañeros confiables y la convicción de que lo que hacés tiene un sentido.
Cuando no está presente alguno de estos factores o varios de ellos es probable que la satisfacción por nuestro puesto de trabajo se vea afectada. Como no siempre está en nosotros poder conseguir otro empleo, es bueno llevar a cabo algunas acciones para intentar ver el lado positivo del que ya tenemos.
Estos son siete tips que te pueden a ayudar a ser feliz:
1. No pongas como única prioridad el dinero: si el salario es justo, ganar más no va a hacerte más feliz. Pero además, en ocasiones es bueno valorar otros puntos, como un jefe comprensivo, la posibilidad de tomarte días libres, un horario que te guste o un ambiente laboral agradable.
2. Tratá de destacacarte: cuando sentís que sos bueno en lo que hacés te da satisfacción y eso mejora de forma sustancial el estado de ánimo.
3. Se optimista: las adversidades y los errores pueden ser una fuente de aprendizaje para mejorar a nivel profesional. Los obstáculos que tengas ahora te podrán servir de entrenamiento para ser más resolutivo el día de mañana.
4. No te excedas con las horas extra: es verdad que a veces son necesarias para finalizar alguna tarea o porque se pospuso o se alargó una reunión, pero que no se convierta en un hábito porque puede convertirse en una fuente eterna de malestar.
5. Buscá nuevas tareas: si te sentís estancado, encontrá algo distinto para hacer. Una opción es tomar una nueva actividad dentro de la empresa, que, en un futuro, te permita crecer allí o cambiar de área o rumbo profesional.
6. Recompensate: establecé un sistema de recompensas para vos mismo. Si de pequeño recibías un incentivo en la escuela, ahora podés hacer algo similar. Se trata de poner pequeñas metas alcanzables, como contar hasta diez antes de responder al jefe, o no levantar los ojos cuando habla un compañero, o no quejarte del puesto por una semana.
7. Practicá el agradecimiento: sirve para valorar todo lo bueno que sucede en el día. Aunque no lo creas, esta práctica te puede ayudar a afrontar situaciones adversas y mejorar tu tolerancia a la ansiedad y el estrés.