A qué actitudes estar atentos para saber si los chicos tienen este trastorno, que constituye la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la depresión es el trastorno mental de este siglo. Según sus cálculos, alrededor de 300 millones de personas lo sufren y, de hecho, es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. Por eso, es fundamental -si tenemos hijos o familiares adolescentes- estar atentos a los posibles síntomas que hagan sospechar de la presencia de problemas.
Pero, ¿cómo detectar esto? La doctora Janna Gerwitz O’Brien, pediatra de la Clínica Mayo, enumeró cinco señales que deberían llamarnos la atención:
1- irritabilidad excesiva o ánimo generalmente deprimido;
2- problemas para dormir o sueño excesivo;
3- ganancia o pérdida de peso repentina;
4- descenso brusco de las notas escolares;
5- pérdida repentina de interés en las actividades que solía disfrutar.
A su vez, la profesional señaló que la depresión «puede afectar a los adolescentes de toda procedencia, de todo contexto y de apenas 12 años o menos de edad, e incluso a los jóvenes en los primeros años de adultez”. En esta línea, un estudio científico demostró que el uso excesivo de las redes sociales aumenta la presencia de este trastorno entre las adolescentes: las menores de 14 años tienen el doble de posibilidades de sufrirlo que los varones.
El tema tiene importancia, sobre todo cuando se pone en contexto: según Gewirtz O’Brien, en el marco de la atención médica primaria, la depresión no se identifica en alrededor del 50% de los jóvenes que la tienen. «Por eso, cuando alguien busca ayuda, cuando un adolescente nos dice que está preocupado, deprimido o que piensa en hacerse daño, hay que tomar el asunto muy en serio», completó. Esto significa realizar una consulta con un profesional de la salud.
La depresión, según la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, consiste en sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. Si bien todos en algún momento pasamos por esto, los síntomas suelen durar períodos cortos de tiempo. En aquellos casos donde esto se extiende (por lo menos, durante semanas) se considera que existe una depresión clínica, ya que estos sentimientos (que también incluyen la ira y la frustración) interfieren con la vida diaria.