El retrato de un hombre canadiense a sus 69 años con el lado izquierdo del rostro mucho más arrugado y deteriorado que el derecho alerta sobre los efectos de la exposición a los rayos ultravioletas y la importancia de protegerse.
Por más insólito que suene, la historia tiene una explicación científica: Bill McElligot trabajó durante 28 años como camionero y nunca usó protector solar.
La exposición constante a los rayos UVA, capaces de atravesar nubes y ventanas de vidrio, le provocó una dermatoheliosis unilateral, que produce un engrosado gradual de piel, y un aspecto más arrugado en el lado izquierdo de su cara, debido a la destrucción de las fibras elásticas. El derecho luce relativamente sin daño por haber estado cubierto.
El caso fue publicado en el New England Journal of Medicine por los dermatólogos que atendieron a McElligot y quienes le recomendaron utilizar protectores solares y retinoides en crema, y monitorear la aparición de posibles lesiones cancerígenas.
Según Skincancer.org resulta casi imposible evitar los rayos UVA, ya que ellos representan “hasta el 95 por ciento de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la Tierra”. Y aunque originalmente se relacionaba a los rayos UVB con tasas más altas de cáncer de piel, la publicación advierte que “se ha demostrado que los rayos UVA también inducen mutaciones sustanciales del ADN y una toxicidad directa, lo que lleva a la formación de cáncer de piel“.
La radiación ultravioleta puede además causar daños superficiales en la piel, como pecas y manchas. El fotógrafo Pierre-Louis Ferrer impactó días atrás dando luz a la serie de retratos llamada RAW (crudo) hechos con cámaras especiales que permiten ver detalladamente estos efectos: