Keanu Reeves parece un gran tipo. Muchas historias sobre su amabilidad y generosidad se han escuchado a través de su larga carrera básicamente libre de mayores escándalos. Pero ahora hay bastante evidencia que también es un hombre tranquilo, dispuesto a ayudar y no muy importante para subirse en una camioneta junto a muchos extraños y ser el líder en una emergencia.
Resulta que el vuelo que llevaría al intérprete de ‘John Wick’ de San Francisco a Los Ángeles el pasado domingo tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia en un aeropuerto a dos horas al norte de su destino final. Tal como sus personajes heroicos, el canadiense fue esencial en coordinar las logísticas del equipaje y conseguir vías alternas de transporte.
Un grupo de pasajeros optó por alquilar una camioneta y enfilar a Los Ángeles porque sería más rápido que volar. En lugar de esperar por su publicista o agente que enviara un auto de lujo, Reeves se sumó a la aventura.
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Uno de los pasajeros colgó una foto junto al actor que destacaba que, además de sufrir una emergencia en el aire, Reeves ahora tendría que lidiar con personas pidiéndole fotos y autógrafos, pero él parecía muy tranquilo y paciente. Varios pasajeros documentaron lo sucedido en sus redes.
Algunos reportaron que Reeves decidió no comer nada cuando los empleados abrieron las concesiones del aeropuerto, pero sí agarró un Gatorade, agua y una banana en otra parada al salir de Bakersfield, a donde habían sido desviados. El hombre de 54 años se sentó en la segunda fila y leyó algunos datos del lugar donde acabaron: “La población de Bakersfield es alrededor 380,000”, y cosas así. Reeves también entretuvo a sus nuevos amigos tocando música country creada en Bakersfield.
