Cuando estás en completo silencio, en tu cerebro ocurrirían cosas muy beneficiosas, como estas:
Se renovaría
En 2013, un estudio en ratas, que recoge la revista Nautilus, encontró que dos horas de silencio al día haría que desarrollemos nuevas células cerebrales, que además se convertirían en neuronas funcionales. Esta producción ocurriría en el hipocampo, la zona del cerebro relacionada con la memoria, el aprendizaje, las emociones y la percepción de los sentidos.
Lo interesante es que el silencio tendría mucho más efecto en el cerebro que cualquier otro sonido. Los investigadores sugieren que esto podría deberse a que el silencio es algo ‘extraño’, o a lo que estamos poco habituados, lo que haría al cerebro estar más alerta para poder entender qué ocurre.
Recordaría más (y mejor)
La teoría de la restauración de la atención, sugiere que bastaría con descansar del constante bombardeo de estímulos (entre ellos, el ruido) a los que estamos expuestos para dejar descansar al córtex prefrontal.
Esta zona del cerebro se encarga de la toma de decisiones, de resolver problemas y de pensar a gran escala. Si está agotada, y no solo por pensar, sino por el estilo de vida que llevamos, nuestra concentración se vería afectada, así como la creatividad y la capacidad de generar ideas nuevas.
Estos problemas tendrían solución con un poco de silencio, que haría que el cerebro tuviera más tiempo para descansar y reestructurarse.
Además, el silencio nos ayudaría a dormir mejor. Durante este descanso el cerebro se encarga de organizar la información del día y de almacenar los recuerdos.
Si esto no fuera suficiente, al dormir también el cerebro liberaría toxinas, algunas ligadas con enfermedades neurodegenerativas. Así que, si padeces insomnio, el silencio podría ayudarte a dormir y así mantener un cerebro más sano.
Aprendería cosas nuevas de manera más fácil
Varios estudios han encontrado que el ruido tiene efectos negativos en nuestras funciones cognitivas. Fue en 2018 que se llegó a demostrar que los niños que viven en zonas más silenciosas, comparado con quienes viven cerca de avenidas o en familias ruidosas, obtendrían mejores calificaciones y tendrían un mejor desarrollo cognitivo y de lenguaje.
Se relajaría
La constante exposición a los estímulos de la vida moderna afectaría al cerebro, además de aumentar los ritmos cardíacos y respiratorios. Pero, estar en completo silencio durante al menos 2 minutos al día relajaría al cerebro, especialmente a la amígdala, la zona responsable de la memoria y las emociones.
Además, el silencio segregaría oxitocina y serotonina, que no solo no hacen sentir bien, sino que reducirían los niveles de estrés.
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