Fue así como nació Katy Perry Collections, una firma que lanzó su primera colección en 2017 y que desde entonces no ha dejado de crecer. Un éxito que se explica muy bien si hacemos caso a lo que aseguran en la tienda online de la marca: que todos los zapatos están diseñados por la propia Perry. Viendo las alocadas propuestas que encontramos en la web, no habría razón para no creerlo.
Pero incluso en algo en teoría tan inocente como esto, crear zapatos que te arrancan una sonrisa, es muy fácil traspasar la delgada línea que separa el humor de la ofensa. Al menos eso es lo que opinan varias decenas de fans de la cantante, que han conseguido que deje de vender un modelo por considerarlo racista.
La primera en dar la voz de alarma fue la activista Tamika Mallory, que publicó en su cuenta de Instagram una foto de unos zapatos negros con ojos, nariz y boca preguntándose si ella era la única que veía cuál era el problema con el diseño. Evidentemente, no lo era.
Nada más subir la imagen, los comentarios empezaron a reprochar a Perry que no se hubiera dado cuenta de lo mucho que se parecía ese diseño al ‘blackface’, es decir, el típico maquillaje que actores blancos se ponían hace años para ‘disfrazarse’ de negros. Una práctica que durante años se toleró pero que ahora se considera una falta de respeto muy grande para la comunidad afroamericana estadounidense.
Al darse cuenta del error, Perry y sus socios decidieron retirar inmediatamente de la venta todo el stock de este modelo. Una sabia decisión para evitar una crisis de imagen que podría poner en peligro la viabilidad de la marca. Eso sí, también han emitido un comunicado explicando que nunca fue su intención ofender a nadie y que en realidad este diseño se presentaba en otros nueve colores, no solo en negro.
“Me ha dado mucha pena que uno de mis zapatos haya sido comparado con imágenes que recuerdan al blackface”, asegura Perry en el comunicado, donde también explica que este diseño pertenece a la colección que lanzaron el pasado verano. “Nuestra intención nunca fue causar ningún dolor, por eso hemos decidido retirarlos de la venta inmediatamente”.
Lo más triste de todo esto es que ahora quien tenga un par en su poder podrá forrarse si decide venderlos: nada cotiza más en el mercado de segunda mano que todo lo prohibido. Al tiempo.