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Atención madres, 6 comportamientos de los niños que no debes ignorar.

A cierta edad los niños se comportan de manera desafiante. Conocé algunas conductas para abordar una crianza saludable.

Los hijos no traen un manual de instrucciones cuando nacen y los adultos deben aprender a ser padres sobre la marcha, por ensayo y error. Cuando los chicos sienten miedo, tristeza, frustración, enojo o algo nos les gusta buscan llamar la atención mediante conductas que muchas veces no sepas cómo manejar.

Las manifestaciones típicas de los niños son los berrinches: gritan, patalean, lloran, se tiran al piso, pero a veces también tienen comportamientos que son alertas. Los chicos buscan límites y retarlos en el momento oportuno, lejos de hacerles daño, los ayudará a crecer.

1.- Interrumpir cuando estás hablando

Quizás tu hijo está ansioso por decirte algo o hacerte una pregunta, pero permitirle que interrumpa tus conversaciones no le enseña a ser considerado con los demás o a mantenerse ocupado mientras los padres están ocupados. “De esta manera, pensará que tiene derecho a recibir la atención de otras personas y no tolerará la frustración”, advierte el psicólogo Jerry Wyckoff, coautor de Getting Your Child From No to Yes.

Para ponerle fin a ese comportamiento, el especialista recomienda que cuando estés por hacer una llamada, por ejemplo, o visitar a alguien en su presencia, decile a tu hijo que debe estar callado y que no te interrumpa. Luego, dale una actividad o un juguete para que esté ocupado en algo propio. Si te tironea del brazo mientras estás hablando, señalá una silla y decile que se siente en silencio hasta que termines. Después, hacele saber que mientras interrumpa no va a obtener lo que está pidiendo.

2.- Jugar de forma demasiado brusca

Tenés que involucrarte cuando tu hijo golpea a un compañero, pero no deberías desestimar acciones agresivas más sutiles, como empujar a su hermano o pellizcar a un amigo. “Si no intervienes, a los 8 años el comportamiento brusco se puede convertir en un hábito afianzado. Además, transmite el mensaje de que lastimar a las personas es algo aceptable”, informa Michele Borba, doctora en educación y autora de Don’t Give Me That Attitude!: 24 Rude, Selfish, Insensitive Things Kids Do and How to Stop Them.

Para terminar con esta conducta, confrontá el comportamiento agresivo en el momento. Separá a tu hijo y explicale que lastimó a alguien y preguntale cómo se sentiría si el otro hubiera hecho lo mismo con él. Debe saber que cualquier acción que lastima a otra persona no está permitida. Antes de su próximo encuentro para jugar, recordale que no debería hacerlo de forma brusca, y ayudalo a practicar qué decir si se enoja o quiere tener su turno. Si lo hace nuevamente, suspendé el encuentro.

3.- Hacer de cuenta que no te escucha

Decirle a tu hijo dos, tres o cuatro veces que haga algo que no quiere hacer, como subir al auto o juntar sus juguetes, transmite el mensaje de que está bien no prestarte atención y que él es quien manda, y no vos. “Recordarle algo a tu hijo una y otra vez solo le enseña a esperar el próximo recordatorio en lugar de prestarte atención la primera vez que se lo decís”, afirma el psicólogo Kevin Leman, autor de First-Time Mom: Getting Off on the Right Foot — From Birth to First Grade. “No escucharte es una jugada ofensiva y, si permitís que el comportamiento continúe, es posible que tu hijo sea desafiante y controlador”.

En lugar de hablar con tu hijo desde el otro lado del cuarto, caminá hasta donde está y decile lo que tiene que hacer. Posiblemente quiera apartar la vista, decile que te mire mientras hablás y que responda diciendo: “Sí, mamá o sí, papá.”. Tocarle el hombro, decir su nombre y apagar la televisión también puede ayudar a captar su atención. Si no hace lo que debe, podés imponer una consecuencia, como reducir el horario en el que usualmente juega a algo que le guste.

4.- Darse un premio a sí mismo

Es muy conveniente que tu hijo pueda hacer cosas por sí mismo, pero dejarlo controlar las actividades que vos deberías regular no le enseña que debe seguir las reglas. “Quizás sea tierno que tu hijo de 2 años camine por la mesada para sacar galletitas de la alacena, pero no lo será cuando años más tarde se vaya a visitar a un amigo que vive a tres cuadras sin pedir permiso”, señala el Dr. Wyckoff.

Para evitar que eso suceda, debés establecer algunas reglas del hogar y hablar con tu hijo sobre ellas a menudo, por ejemplo: “tenés que preguntar si podés comer dulces porque esa es la regla”. Otro caso es si tu hijo enciende el televisor sin permiso, pedile que lo apague y decile: “Tenés que preguntarme antes de encender el televisor”. Decir la regla en voz alta lo ayudará a interiorizarla.

5.- Tener una actitud desafiante

El comportamiento insolente de los chicos y el tono irrespetuoso comienza cuando están en preescolar e imitan a los niños más grandes para ver la reacción de sus padres. “Algunos padres lo ignoran porque piensan que es una fase pasajera pero, si no lo confrontás, es posible que te encuentres con que tenés un niño de tercer grado que es irrespetuoso y tiene problemas para hacer y mantener amigos o para llevarse bien con los maestros y otros adultos”, asegura la Dra. Borba.

Para ponerle fin a esa actitud, hacé que tu hijo sea consciente de su comportamiento. Decile, por ejemplo: “Cuando ponés esa cara y usás ese tono de voz, parece que no te gustara lo que te estoy diciendo”. La idea no es hacer que tu hijo se sienta mal, sino mostrarle cómo se ve o cómo suena. Si el comportamiento continúa, podés negarte a interactuar, alejarte y advertirle: “Mis oídos no te escuchan cuando me hablás de ese modo. Cuando estés listo para hablarme bien, te escucharé”.

6.- Exagerar la verdad

Es posible que no te parezca muy grave si tu hijo dice que hizo la cama cuando solo estiró las sábanas, o si le cuenta a un amigo que ha fue a Disney cuando nunca se ha subió a un avión, pero es importante confrontar cualquier tipo de falta de honestidad inmediatamente.

Mentir puede volverse automático si tu hijo aprende que es una forma fácil de mejorar su imagen, de evitar hacer algo que no quiere hacer o de eludir meterse en problemas por algo que ha hecho”, explica el Dr. Wyckoff. Cuando tu hijo diga una mentira, sentate con él y poné las cosas en claro. Explicale: “Sería divertido ir a Disney, y quizás algún día podamos ir, pero no deberías contarle a tus amigos que fuiste cuando en realidad no lo has hecho”.

Hacele saber que si no dice siempre la verdad, las personas no van a creer lo que dice. Prestá atención cuando diga algo que pueda parecer una mentira, por ejemplo, si dice que se cepilló los dientes cuando en realidad no lo hizo, ordenale que vaya al baño y se los cepille.

Seguramente de chico te han contado el cuento ‘El pastorcito y el lobo’, en el que un niño que mentía siempre, un día grita pidiendo ayuda de verdad y los demás lo ignoran. “Contar cuentos ayuda a los niños a ver el problema desde afuera”.

Recordá que estas recomendaciones son sólo opiniones de algunos especialistas. Cuando tengas cualquier inquietud relacionada con el comportamiento de tus hijos, buscá el consejo del profesional de tu confianza.



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