Agotados, algunos con insolación, otros con infecciones en la piel, fiebre y unos más hasta con llagas en los pies tras la caminata que iniciaron desde Honduras, los migrantes se quedaron ayer en Mapastepec.
Hoy reanudarán la marcha hacia Arriaga, el último punto en Chiapas, donde pretenden montar a La Bestia, el tren de carga que suelen utilizar para circular por México, cuyo paso se ha visto frenado por las malas condiciones meteorológicas.
Se quedarán ahí uno o dos días en lo que los trenes reinician su marcha.
En el último tramo les llovió, pero no sólo en la travesía por el aguacero del que no pudieron escapar, sino por las autoridades de la Secretaría de Salud estatal, que los “fumigó” la noche del martes para evitar al mosco portador del dengue, a decir del gobierno porque ellos lo pidieron, sólo que no siguieron los protocolos para la nebulización.
Los integrantes de la caravana, que lleva 13 días de camino tras salir de San Pedro Sula, Honduras, han recorrido unos 800 kilómetros –120 de los cuales en territorio chiapaneco–; en la mayoría es evidente el cansancio, pero no desisten del objetivo de alcanzar la frontera norte e internarse a EU.
Para evitar unos tramos a pie, algunos piden limosna y con ello pagan el transporte al siguiente punto. Aunque el grueso de la caravana se encuentra en Mapastepec, algunos se adelantaron hacia el municipio de Arriaga, en donde esperarán a todo el contingente.
En cifras, se estima que entraron unos 10 mil centroamericanos el pasado fin de semana, aunque hasta ayer quedaban cerca de 7 mil, según organizaciones no gubernamentales, aunque el Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró que son 3 mil 630 personas.cortesíaheraldodemexico

