Un móvil que cabe en la palma de la mano, pero sin ser del todo lo que promete
En los últimos años, la tendencia en el mercado de los smartphones ha sido clara: cuanto más grande, mejor. Enormes pantallas que ya no caben en los bolsillos y obligan a la compra de otros accesorios para contenerlos. El mercado así lo pide, especialmente el asiático. Pero también hay un segmento de usuarios que echa de menos el fácil manejo de los viejos móviles, que encajaban perfectamente en la palma de una mano.
El estándar común, que hace que casi todos los teléfonos inteligentes en el mercado sean más o menos iguales (excepto por el precio), es una medida diagonal de cinco o seis pulgadas, un ecosistema de aplicaciones casi idénticas y un cuerpo rectangular más o menos a pantalla completa. Palm, en cambio, es pequeño. Increíblemente pequeño en comparación con el estándar.
Con una pantalla de 3,3 pulgadas, este móvil se posiciona muy por debajo incluso del ya desaparecido iPhone SE de Apple. Para ser un teléfono muy tecnológico también es relativamente barato: 350 dólares, algo más de 300 euros al cambio. Un tercio de lo que cuestan los teléfonos estrella de Apple, Google y Samsung, pero con una cámara de 12 megapíxeles y una resolución de pantalla igual a la del iPhone XR.
Obviamente, no todo lo que brilla es oro. De hecho, Palm es comercializado únicamente por el operador de telefonía estadounidense Verizon y solo como segundo teléfono: es decir, tiene una tarjeta SIM integrada que funciona solo como ‘gemela’ de la línea principal del usuario. La dependencia de un dispositivo principal hace que Palm, por concepto y funcionamiento, se parezca más a un smartwatch, pero sin ser wearable.
El fabricante Palm existe desde hace mucho tiempo, y hace una década parecía poderse convertir en un serio competidor de los gigantes del sector. Las cosas no fueron así. Palm fue comprada por HP y desmantelada. Se conservó solo la marca, que fue vendida a la compañía china TCL, que aún la posee. Sin embargo, de la empresa original, este móvil conserva la idea de construir un smartphone mucho más pequeño que los demás.
El caso es que el mundo está lleno de gente que desearía un móvil pequeño. Hay foros dedicados a lamentar la desaparición del iPhone SE. El mercado para Palm existiría, si solo fuera de verdad un smartphone. Hoy en día, Palm es demasiado caro, difícil de manejar e innecesariamente sofisticado para reemplazar un smartwatch, pero deliberadamente diseñado para no poder sustituir un teléfono inteligente. Tal vez en el futuro, alguien lo intente de verdad.