Lejos de desanimarnos y bloquearnos, cuando se produce un despido laboral debemos aprender a recomponernos y aprovechar las oportunidades que nos brinda esta nueva etapa.
Es cierto que vivimos en una época con altos índices de desempleo. Cada vez parece más complicado encontrar un buen trabajo. No obstante, todos estamos expuestos a que nuestra situación laboral cambie. Es muy importante aprender a reponerse de un despido laboral.
Tener una actitud vitalista y una concepción optimista de la vida puede ayudarnos a superar una mala racha. Descubre en este artículo algunas claves para afrontar las emociones y pensamientos negativos ante un despido laboral. Una situación que a cualquiera le puede pasar.
La causa del despido laboral
Debemos ser honestos con nosotros mismos y asumir la responsabilidad de los errores que hemos cometido. De esta forma, podremos aprender para futuras ocasiones y tendremos la experiencia de la situación por la que no queremos volver a pasar.
Es bueno sacar conclusiones y hacerse preguntas incómodas o dolorosas para poder mejorar:
- ¿Qué parte de mi responsabilidad ha hecho que me despidan?
- ¿Dónde he fallado?
- ¿Cuáles son mis puntos débiles y cómo los puedo mejorar?
- ¿Estoy bien capacitado para cumplir con mi función?
- ¿Me gusta mi profesión?
La vida sigue, no alimentes pensamientos negativos
Es importante tener una actitud constructiva y no permitir que los pensamientos autodestructivos nos ganen la batalla. No podemos hacer un viaje en el tiempo y volver atrás para arreglar una situación. La vida sigue y es maravillosa, con sus alzas y sus bajas, con sus golpes y sus premios.
Cuanto antes nos adaptemos a la nueva situación, menos sufrimiento tendremos. No sirve de nada quedarse estático con una actitud de lamento y esperar a que, por arte de magia, todo se resuelva.
Una nueva etapa para la formación
Debemos aprovechar las adversidades para sacarles beneficio. Un despido laboral puede ser una etapa ideal para la formación en el tiempo que tenemos libre. Podemos ampliar los conocimientos de nuestro campo profesional o aprender nuevas profesiones.
Es importante asesorarnos y saber cuáles son las necesidades del mercado. Cuál es la demanda que se solicita y orientar nuestra formación en una dirección práctica. No es cierto la frase que muchas personas repiten: yo solo sirvo para esto. Cada persona tiene capacidades infinitas. Somos más versátiles de lo que imaginamos.
El sofá no es nuestro amigo
No esperes a que se acaben todas las opciones o ayudas por desempleo para ponerte a buscar. Seguramente tengamos una familia a la que mantener. No es tiempo de venirse abajo o permitir que el miedo nos paralice. La incertidumbre y el temor a la pobreza pueden llegar a bloquearnos, ya que los pensamientos autodestructivos se suelen multiplicar.
La pereza tampoco soluciona nada. Quedarse en el sofá solamente te va a hacer sentir peor. Deja de justificarte, deja de lamerte las cicatrices y toma las riendas de lo que siempre has sido. Si tú quieres, el miedo no existe.
Exterioriza tu dolor
No te encierres en ti mismo, porque se corre el riesgo de caer en un bucle de angustias y desesperación. Rodéate de personas que traigan vitalidad y esperanza. Comparte con tu pareja tus preocupaciones. Habla con tu mejor amigo. Mostrar debilidad y ser vulnerables no nos debe dar vergüenza. Nadie es invencible.
Caer en un bache después del despido laboral no nos convierte en personas incapaces. Vigila los autoengaños y esos pensamientos que te dicen que no sirves, que eres inútil, que nunca saldrás de esta.
Es todo parte del desánimo y, en realidad, todo pasa. Una buena forma de avanzar es empezar a exteriorizar el dolor con alguien de confianza.
Utiliza todos los recursos
Empieza a organizarte. Dedica cada día unas horas a buscar y a moverte. Organiza y actualiza tu currículum, utiliza las plataformas de internet donde se ofertan trabajos. Regístrate en portales de empleo y solicita entrevistas de trabajo. Utiliza todos los recursos para contactar con personas que sepan dónde puede haber una vacante.
Intenta no romper los lazos con el empleo que acabas de perder. No pierdas el contacto ni tengas una mala relación con tus antiguos compañeros. Muchos de los nuevos empleos surgen de esos contactos. Es bueno que cierres ese ciclo con una actitud de concordia y respeto.
No te sientas traicionado o menospreciado. Actúa con gratitud y sé elegante. Muchas puertas que se cierran son el preámbulo de una vida mejor. ¿Quién sabe?