Una ciudad poco conocida que esconde un patrimonio cultural y arquitectónico fascinante
La ciudad de Salónica o Tesalónica, como queráis llamarla, es la segunda ciudad más importante de Grecia, pero a su vez es poco conocida. Se trata de una urbe cosmopolita, moderna, vibrante y con el encanto particular de una ciudad convulsa: macedonios, romanos, bizantinos, y otomanos tuvieron el honor de formar parte de su historia, y musulmanes, cristianos y judíos sefardíes convivieron en el tiempo. Una mezcla de culturas y arquitectura que todavía puede verse a través de su rico patrimonio. Pero un grave incendio en 1917 destruyó gran parte de la ciudad que tuvo que ser reconstruida, aún así, los monumentos paleocristianos y bizantinos fueron declarada patrimonio de la humanidad.
Y aunque siempre ha estado a la sombra de la impresionante Atenas, el viaje a través de sus imágenes hace soñar con una próxima escapada.
La torre Blanca
Uno de los monumentos más famosos de la ciudad al que se llega después de realizar un largo paseo a través del paseo marítimo junto a las aguas del golfo. Construida por el sultán Solimán el magnífico sobre los cimientos de una torre bizantina que sirvió tanto de prisión como de fortaleza, y que formaron parte de las murallas hasta que estas fueron destruidas en 1866.
El arco de Galerio
El emperador romano Galerio ordenó construir el arco de Galerio para conmemorar la victoria del ejército romano sobre los persas sasánidas. La estructura era un octopylon, una puerta de ocho columnas sobre tres arcos del que hoy solo quedan dos de los pilares, pero sus doce metros de alto y diez de ancho nos da una idea de cuáles debían ser sus dimensiones reales.
En las inmediaciones del monumento se localiza la iglesia la Rotonda donde está localizada la tumba de Galerio.
La iglesia de San Demetrio (Hagios Demetrios)
La iglesia de San Demetrio fue construida sobre unas antiguas termas romanas donde la tradición situaba el encarcelamiento y la tortura, en el año 306 d.C, de soldado romano fiel a sus creencias cristianas . Sus reliquias se encuentran en un lateral de la nave, y bajo la iglesia existe una cripta donde se pueden visitar los baños romanos supuestamente donde torturaron al santo, además de exponer algunos objetos encontrados en excavaciones posteriores.
La parte alta o Ano Poli
La parte antigua conserva la esencia de otros tiempos con callejuelas empinadas y empedradas, casas pequeñas, y muchas tabernas y pequeños bares donde es posible probar las bebidas típicas de la zona, ouzoy tsipouro, acompañadas de los tradicionales mezes (aperitivos de carne o pescado). Un lugar tranquilo para pasear relajados.
La fortaleza de Heptapirgión
En la parte más alta de la ciudad se encuentra una fortaleza construida por fases desde la era bizantina hasta el periodo otomano. Heptapirgión significa ‘fortaleza de las Siete Torres’, aunque en realidad cuenta con diez. Esta era la última línea defensiva contra los ataques de los enemigos en caso de que consiguieran traspasar las fortificaciones externas. Las vistas de la ciudad son impresionantes.
El mercado Modiano
Era uno de los mercados principales de la ciudad que fue reconstruido, tras el incendio de 1917, por Eli Modiano. Su diseño se inspiró en los mercados parisinos de la época. De las 150 tiendas que tuvo, solo quedan abiertas unas 50 que, además, se han reconvertido en pequeñas tabernas y restaurantes. Pero la muestra de los productos expuestos sigue siendo una maravilla visual y olfativa.
La puesta de sol en ‘Los paraguas’
La obra Paraguas, del artista Georgios Zongolopoulos, es una escultura instalada en el paseo marítimo desde hace 20 años con motivo de su elección como Capital Cultural de Europa. Las puestas de sol son increíbles y merece la pena esperar bajo el abrigo de los paraguas a que el sol se esconda.
