Con el mercado acelerando a toda velocidad y las estrellas mundiales ya posicionadas de cara a la próxima temporada, al Real Madrid le queda poco donde fijarse si quiere realizar un gran fichaje de relumbrón como era habitual en épocas no tan lejanas.
Las opciones para reforzar el ataque blanco, la línea más debilitada tras la marcha de Cristiano a la Juventus, se reducen a pocos nombres: Keane, Cavani, Rodrigo, Lewandowski… Y todos ellos con factor común. Jugadores de área que aseguran un buen puñado de goles desde la posición de delantero centro.
Precisamente esa posición, la del nueve puro de toda la vida, es la que menos ha tocado Florentino Pérez desde su vuelta al palco del Bernabéu, que coincidió con la llegada de Benzema desde el Olympique Lyonnais. Desde entonces, el Real Madrid se deshizo de toda competencia para el francés, ya que Van Nistelrooy se marchó al Hamburgo ese mismo mercado de invierno e Higuaín al Nápoles en la temporada 2013/2014.
Y por su parte, las incorporaciones se vieron reducidas a las llegadas en calidad de cedidos de Adebayor desde el City (2010/2011) y Chicharito desde el United (2014/2015) y a la recompra de Morata, por el que se pagaron 30 millones a la Juventus que un año anterior había pagado 20 por sacarlo del Bernabéu. Mención especial requiere el caso de Negredo, al que Madrid repescó del Almería (cinco millones) para venderlo inmediatamente al Sevilla (15 millones).
El resto de competidores que ha tenido Benzema para el puesto de delantero centro han sido jugadores salidos de la cantera y que por una u otra razón no encontraron su lugar en el equipo como Borja Mayoral o Mariano.
Para esta temporada, y sin un fichaje con la etiqueta de crack ya consagrado, el puesto de nueve es una cuestión de tres hombres: Borja Mayoral, quien apenas contó con minutos la temporada pasada, Raúl de Tomás, de vuelta tras su paso por el Rayo, y el propio Benzema, quien a día de hoy seguirá siendo el delantero titular del Real Madrid con toda probabilidad.
