La fiscalía no proporcionó más datos sobre la identidad de Reséndiz, pero una fuente del Partido de Trabajo la reconoció como una de sus militantes.

“Al parecer unos tipos armados ya la estaban esperando afuera de su casa y falleció cuando era traslada al hospital por paramédicos”, dijo la fuente bajo condición de anonimato.

Más tarde, un miembro del oficialista PRI (Partido Revolucionario Institucional) fue asesinado en el central estado de Puebla. “Lamentamos la muerte de Fernando Herrera Silva, militante del PRI por hechos violentos en la localidad de Acolihuia, (en el municipio de) Chignahuapan”, dijo el partido a través de Twitter.

“Exigimos al estado de Puebla garantizar la seguridad en este proceso electoral”, agregó. La fiscalía local no estuvo disponible para comentar al respecto.

Al menos 145 políticos, entre ellos 48 precandidatos y candidatos, han sido asesinados desde que inició el proceso electoral en septiembre pasado, de acuerdo con datos de la consultora Etellekt.

Antes de que se hiciera público el asesinato de Reséndiz, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, dijo en un mensaje que la jornada transcurría con “tranquilidad, sin incidentes mayores”.

Sólo reportó que cuatro de un total de 156.207 casillas no se pudieron instalar porque los pobladores se opusieron, aparentemente en defensa de sus usos y costumbres y por falta de material electoral robado.

Este domingo más de 89 millones de mexicanos estaban convocados para elegir al presidente, varias gobernaturas y renovar el Congreso bicameral, entre los más de 18.000 cargos que se repartirán en una sola votación.