El secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, prometió este viernes en Tokio que su país mantendrá una fuerte posición de defensa frente a Corea del Norte en Asia y reiteró la importancia de la alianza entre Estados Unidos y Japón.
Ante los temores suscitados entre los socios de Estados Unidos a raíz del acercamiento entre Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong Un, Mattis aseguró que su país no bajará la guardia, a pesar del anuncio del final de los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur.
La decisión de poner fin a esos ejercicios se tomó para facilitar las negociaciones con el régimen norcoreano y “aumentar las posibilidades de alcanzar una solución pacífica para la península coreana”, pero sin debilitar la posición estadounidense en Asia, insistió el jefe del Pentágono.
“Mantendremos una fuerte posición defensiva conjunta para garantizar que nuestros diplomáticos sigan negociando con una fuerza indiscutible”, declaró Mattis durante una rueda de prensa con su homólogo japonés, Itsunori Onodera.
“Hemos entablado conversaciones sin precedentes con Corea del Norte, pero en este momento dinámico, la vieja alianza entre Japón y Estados Unidos sigue firme”, dijo Mattis, que calificó esa relación de “piedra angular de la estabilidad en la región Indo-Pacífica”.
“Nuestro compromiso sigue siendo inquebrantable”, afirmó el secretario de Defensa. Con el ministro japonés, “hemos abordado la posibilidad de aumentar las aptitudes de la alianza, reforzar nuestra cooperación y incrementar la seguridad en la región”.
Su homólogo japonés recordó, por su parte, que los ejercicios militares entre Estados Unidos y Corea del Sur eran “importantes para la estabilidad en la región, incluso en el futuro”, aunque admitió que su suspensión podría “apoyar los esfuerzos diplomáticos” para lograr una desnuclearización de Corea del Norte.
Amenaza norcoreana
Japón se siente directamente amenazado por Pyongyang que, antes de sus conversaciones con Corea del Sur y Estados Unidos, había prometido hundir el archipiélago nipón y había lanzado dos misiles que sobrevolaron el país el año pasado.
Tokio y Seúl también mostraron su temor a que Washington logre un acuerdo con Corea del Norte para suprimir la amenaza de los misiles intercontinentales (ICBM) norcoreanos que pueden alcanzar el territorio estadounidense, olvidando los misiles de corto rango, que pueden golpear Japón y Corea del Sur.
Otra de las cuestiones que preocupa a Japón respecto a Corea del Norte es la suerte de los japoneses secuestrados en ese país en los años 1970-1980 y de los que no se tienen noticias.
Tokio instó en varias ocasiones a los dirigentes estadounidenses a abordar este asunto con Pyongyang.
“Es un problema humanitario que sigue presente en nuestras conversaciones”, declaró Mattis este viernes, sin dar más detalles sobre esta cuestión que el gobierno japonés considera como una prioridad absoluta.
La capital japonesa era la última etapa de un viaje en el que Mattis visitó China y Corea del Sur.
En Seúl, había asegurado que Estados Unidos mantendría “los niveles actuales de las fuerzas estadounidenses en la península coreana”.