El papa Francisco recibió este martes al presidente francés, Emmanuel Macron, que efectúa su primera visita a la Santa Sede.
Francisco estrechó la mano del presidente francés en la entrada de la biblioteca para un encuentro de una media hora. Macron estuvo acompañado de su esposa Brigitte, vestida con un discreto traje negro.
Antes del encuentro, Macron desayunó con la comunidad de laicos católicos San Egidio, muy implicada en la acogida de migrantes y organizadora de «corredores humanitarios» que trae a Europa a refugiados sirios.
Macron protagoniza un cruce diplomático con las nuevas autoridades italianas, en particular con el ministro de Interior, Matteo Salvini, líder de la Liga (extrema derecha), que defiende una línea dura con los migrantes que intentan llegar a las costas italianas cruzando el Mediterráneo y critica la arrogancia y el egoísmo de Francia en el tema migratorio.
El Papa interpela regularmente a los dirigentes de la Unión Europea sobre los migrantes, que tiene la obligación de «acoger, acompañar, albergar e integrar«, según él.
La semana pasada estimó además que era necesario «invertir de manera inteligente para darles trabajo y una educación» en sus países de origen.