– Creer significa aceptar la Palabra de Dios, la cual nos enseña que Dios nos salvó y nos dio la vida eterna. El creyente deposita su confianza en Jesús, quien se reveló a todos nosotros. Es un acto de fe personal.
– Creer significa correr el riesgo de examinarse a la luz de la Palabra de Dios y dejar de lado los miedos y prejuicios.
– Creer significa seguir a Cristo, quien nos conduce por un camino totalmente nuevo, el cual abrió para nosotros. ¡Así podemos vivir de otra forma, con el objetivo de agradar al Señor! En este camino experimentaremos sus promesas.
– Creer significa avanzar en compañía de cristianos, de hermanos y hermanas que nos animan y nos estimulan.
– Creer significa saber que en el centro mismo de las tempestades que atravesamos, Dios vela sobre nosotros y apacigua las olas. Todos los poderes de la muerte que nos rodean ya fueron vencidos.
– Creer significa dar testimonio de lo que Dios hizo en nuestra vida. Como a menudo sucede en los evangelios, los que tuvieron un encuentro con Cristo no permanecieron mudos. Desearon compartir el gozo que desbordaba de su corazón.
Querido lector, aún hoy Jesús lo llama. ¡Lo llama personalmente! Le invita a ponerse, o a volver a ponerse, en marcha para seguirle…
Jesús “decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23).
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36).