El barril de petróleo alcanzó los US$75 esta semana, el precio más alto en casi tres años y medio.
El último repunte llegó con el aumento de la inquietud en los mercados sobre una eventual imposición de sanciones económicas a Irán por parte de Estados Unidos.
El precio de US$75 confirma una tendencia alcista que podría seguir creciendo, según distintos análisis.
Si el próximo 12 de mayo Washington decide retirarse del pacto nuclear con Teherán, la oferta de crudo a nivel internacional se podría ver restringida y los precios subir aún más.
En este sentido, el papel de Irán es clave en la oferta mundial de petróleo porque es el tercer mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).
De hecho, el precio del «oro negro» ha subido desde que el año pasado los 14 países que forman parte de la OPEC -además de otros países productores como Rusia- decidieran restringir la producción, un acuerdo que se extendería hasta fines de este año.
Analistas y agentes que transan en el mercado como Tamas Varga, broker de la empresa PVM, creen que el supuesto de que Donald Trump se va a retirar del pacto nuclear es la principal causa del alza petrolera.
«Todas las apuestas indican que Estados Unidos no permanecerá en el acuerdo», dice Varga.
Trump ha dicho que si sus aliados europeos no arreglan lo que él llama «severos defectos» del pacto en los próximos días, volverá a imponer sanciones a la economía iraní.
Las otras potencias firmantes del acuerdo con Irán -Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China-, quieren mantenerlo al considerar que ha detenido el avance del programa nuclear iraní.
Stephen Innes, broker que transa petróleo en la emprea OANDA, cree que la imposición de las sanciones haría subir el precio mucho más de US$75 el barril.
Los riesgos de una escalada
Una escalada de precios puede afectar el crecimiento de la economía global, según han advertido analistas.
Uno de los efectos más directos que puede tener un alza en el precio del petróleo es que dispare la inflación, obligando a los bancos centrales a subir las tasas de interés más rápido de lo que tenían previsto.
Ese escenario significaría un frenazo en la inversión de empresas, el gasto de las personas y el mercado accionario.
Entidades como JP Morgan y Barclays han aumentado sus proyecciones de alza en el valor del crudo, mientras que Morgan Stanley ha expresado su inquietud por las eventuales presiones inflacionarias.
Aunque el recorte de la producción de la OPEC ha reducido las reservas petroleras, Estados Unidos ha compensado parcialmente esa baja con un aumento en su producción, aunque no ha sido suficiente como para mantener el valor del hidrocarburo.
Por otro lado, la demanda en Asia -la región del mundo que más consume crudo- ha llegado a niveles récord, impulsando la apertura de refinerías en China y Vietnam.
Washington tendría por el momento en sus manos, no solo el precio del petróleo y el futuro del pacto nuclear, sino además, el camino que puede seguir la economía global en un futuro cercano.
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Cortesía: bbc.com