El cantante Robbie Williams puede proclamar con orgullo que han pasado 18 años desde la última vez que probara una gota de alcohol y más de una década desde que empezara a lidiar con sus problemas de adicción a las drogas tras sufrir una sobredosis de éxtasis, cocaína y heroína en 2007 que casi acaba con su vida, pero que por otra parte consiguió que se diera cuenta de que necesitaba entrar en rehabilitación.
Sin embargo, la marihuana no parece encontrarse entre las sustancias a las que ha renunciado la estrella de la música, en vista del curioso obsequio con el que su esposa Ayda Field le sorprendió en uno de sus últimos aniversarios de boda: una granja de marihuana. El encargado de revelar el bonito y a la par curioso detalle que la actriz estadounidense tuvo con su famoso marido ha sido Big Narstie, que tuvo la oportunidad de disfrutar de él cuando acudió a la mansión que el músico posee en Los Ángeles para trabajar en una colaboración.
«La verdad es que fue todo muy surrealista», ha explicado el rapero en conversación con el periódico The Sun. «Su agente llamó al mío y le contó que Robbie quería que hiciéramos algo juntos. Grabamos un tema y la verdad es que no fue para nada como me esperaba. Es una persona muy amable, muy humilde y cercana. Y tiene una esposa maravillosa. Tuve la oportunidad de ver el regalo que ella le había hecho por su aniversario. ¡Hizo que le instalaran toda una granja de marihuana en el sótano de su casa de Los Ángeles! Así se hacen las cosas. Porque allí es legal, claro».
Al margen de la situación de estabilidad personal y profesional de la que disfruta actualmente, el artista británico sigue siendo muy consciente de que adolece de una frágil fuerza de voluntad que le lleva a depender con facilidad de cualquier tipo de nueva actividad o sustancia.
«Me conozco perfectamente y sé que me puedo enganchar a cualquier cosa. Ahora mismo, he de decir que tengo una adicción muy fuerte a un juego de móvil que se llama ‘Gummy Blocks’. Soy adicto a internet y a otras muchas cosas más. Tiendo a engancharme con facilidad y a veces tengo la impresión de que, si no me implico hasta ese punto con cualquier hábito, me acaba suponiendo un problema», confesaba recientemente el que fuera cantante de Take That al mismo medio.
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