A un emprendedor no solo le toca hacer de todo cuando comienza su negocio, sino también, necesita aprender en el camino para que no muera en el intento de crear empresa.
Los que aspiran a dejar su trabajo y montar su propia empresa corren con todo: la contabilidad, contratar personal, pagar proveedores, buscar clientes, agendar citas, papelería, seguridad, hasta de portero y de ‘servir tintos’, les toca con tal de poder sacar adelante sus negocios.
Pero no todos corren con la misma suerte. Pedro López* dejó su trabajo para poder montar una cafetería en el sector de Chapinero en Bogotá. Se tomó su tiempo para hacer ‘una vaina bien jalada’, asi que primero buscó un buen local, y empezó a comprar los muebles, las vitrinas, el horno, la máquina de preparar el café, platos, cubiertos y empezó a darle con toda. Estaba él y en su momento la que fue su pareja, que también era su asociada. Pero, muchas de las compras las hicieron con tarjeta de crédito.
La cafetería se montó para vender café, tortas y postres de alta calidad, pero por la ubicación, el sitio no era muy transitado por los potenciales clientes. Las ventas del primer mes no fueron buenas, en el segundo mes se recuperaron un poco pero empezaron las dificultades para pagar el arriendo, los servicios de estrato comercial y no quedaba ‘ni cinco’ para comprar más producto. Tocó entonces bajar precios a ver si la clientela aparecía y, tampoco.
Además, como las compras se realizaron con tarjeta de crédito, lo que se vendía era para el pago de la deuda de la tarjeta. Así que no quedó más remedio que desmontar al tercer mes y volver a buscar trabajo. Y esa situación pasa con más frecuencia de lo que se cree.
Una investigación realizada por la plataforma ‘Negocia tu Negocio’ encontró las 3 razones principales por las cuales los bogotanos venden su negocio. La primera, es la falta de tiempo para atender el negocio, donde el 31,9% de los 360 establecimientos consultados aludió que venderían su comercio por no poder estar al frente de él todo el tiempo, o como dice el adagio popular ‘el que tiene tienda, que la atienda’.
La segunda, una mala ubicación. Manuel Riaño, gerente de ‘Negocia tu Negocio’, señala que el 22,9% de los participantes quieren vender su empresa porque el dueño se quiere trasladar de ciudad, o porque quieren trabajar cerca a su casa. Y la tercera, por problemas de salud y el cansancio. La tercera razón más común para vender un negocio son los problemas relacionados con la salud. Estadísticamente, el 18% de las ventas se hacen por esta razón. Desde la edad, pasando por enfermedades y cirugías, muchos de los dueños deciden vender pues no hay nadie más que pueda manejar el negocio cuando no pueden estar al frente.
El estudio también señala que el cansancio por atender el negocio es un factor que incide en la decisión de vender. A veces, cuando las personas trabajan solas en los negocios la monotonía y la soledad llevan a tomar una decisión de cambio y por eso terminan vendiendo.
La investigación pudo identificar, además, que en el 7,9% de los casos, los negocios se venden porque a los dueños les surgen nuevas oportunidades económicas. Los problemas con los socios, la dificultad para conseguir empleados de confianza o el desconocimiento del negocio, en su orden, fueron otras razones mencionadas por el 6,5% de los encuestados.
El manejo del dinero en las microempresas
El Centro de Estudios Económicos, ANIF, se unió con Bancoldex, IFC, Confecámaras, el Banco de la República y la Cámara de Comercio de Medellín para contratar con Cifras y Conceptos la primera Gran Encuesta a las Microempresas (GEM), donde participaron 1.454 negocios de las 13 principales ciudades del país.
Del total, el 29% pertenece a servicios, 61% a comercio y 10% a industria. Sergio Clavijo, presidente de ANIF, mencionó como una de las revelaciones más importantes de esta investigación el hecho que los empresarios formales e informales no tienen un alto nivel educativo con solo un 20% con educación universitaria y el restante 80% tienen educación secundaria incompleta o formación educativa vocacional.
“Lo que estamos viendo es (que las microempresas) les falta educación,formalización, un ánimo vocacional de irse a lo formal, no solo lo que tiene que ver con otorgamiento de crédito sino la misma levantar contabilidad fehaciente que le permita crecer y obviamente cuando uno crece tiene que pagar más impuestos”, indicó el experto.
Precisamente, dentro de las conclusiones se evidencia que los emprendedores entre 18 a 25 años están en un 10% en industria, un 11% en comercio y 14% en servicios. De los 26 a los 35 años, un 22% están en industria, el 28% en comercio y 26% en servicios. Cuando se mira el rango de los 36 a 45 años, el 25% están en industria, el 28% en comercio y 30% en servicios.
Solo el 14% de los propietarios de negocios en industria tiene formación universitaria, el 13% la tiene en comercio y 19% en servicios. La parte más alta de propietarios solo tiene formación en secundaria o primaria. Eso conlleva a que haya más informalidad, en lo que tiene que ver con los impuestos a cargo, el pago de seguridad social o manejo del dinero.
Ahí se comienzan a cometer algunos de los principales errores del emprendimiento y es que si no se tienen en regla los requisitos, difícilmente los bancos se sentirán atraídos por esos clientes y ‘a más riesgo, más intereses’ cobrarán por sus créditos, como explicó el presidente de Bancóldex, Mario Suárez.
Una elevada porción de la muestra de microempresas reportó manejar su dinero en efectivo (69% en industria, 79% en comercio y 75% en servicios), superando ampliamente los registros de uso de cuentas de ahorro (37% en industria, 22% en comercio y 28% en servicios) y corrientes (14% en industria y 11% en comercio-servicios). Entre las razones para no manejar cuentas de ahorro o corrientes está la desconfianza en las entidades financieras, prefieren manejar el efectivo, trámites complicados, no quieren pagar el impuesto del 4×1.000 (GMF) o que no sabe cómo encontrar una entidad.
De la muestra también se encontró que entre el 71% y 80% tiene un registro mercantil pero sorprende que el 28 de comerciantes ignoren este requisito. Incluso entre el 36% y 31% de la muestra ni siquiera cuenta con una licencia de funcionamiento.
Otro punto clave es el manejo del ahorro de estos negocios. Cerca de un tercio de los microempresarios ahorraron durante el segundo semestre de 2017 (32% en industria, 25% en comercio y 30% en servicios). Como medio favorito de ahorro, el más utilizado son las cuentas de ahorro, seguidos por la caja fuerte o la alcancía. Otro porcentaje da el dinero de su ahorro a sus familiares, hace inversiones financieras, compra propiedades o forma cadenas de ahorro.
En cuanto a los impuestos, el tributo con mayor pago por parte de las microempresas fue el Impuesto de Industria y Comercio-ICA (59% en industria, 51% en comercio y 54% en servicios). En segundo lugar, se situaron los pagos del Impuesto de Renta (34% en industria, 41% en comercio y 40% en servicios), seguidos del predial (33% en industria, 26% en comercio y 24% en servicios) y el IVA (32% en industria, 29% en comercio y 27% en servicios).
Cabe anotar que cerca de una quinta parte de las microempresas manifestó no pagar ningún impuesto (21% en industria, 20% en comercio y 25% en servicios). Dicho ordenamiento de pago en los diferentes rubros de impuestos se mantiene en la porción de microempresas formales, aunque con mayores niveles de pago versus la muestra agregada.
Para la presidente de Asomicrofinanzas, María Clara Hoyos, es muy importante construir una política pública por medio de un documentos Conpes que favorezca el emprendimiento de estas microempresas del país, los cuales son negocios que aportan mucho al tejido social y la generación de empleo.
Cortesía: finanzaspersonales.co