El portero brasileño Julio César, exportero del Inter de Milán y recordado por haber estado presente en el 7-1 ante Alemania en el Mundial de su país, se retiró del fútbol en el partido que Flamengo, su equipo, venció 2-0 al América de Minas Gerais.
Julio César, de 38 años, había anticipado a inicios de abril que el duelo ante América, de la segunda jornada del torneo nacional de Brasil, sería el último de su carrera. Una vez que el partido acabó, fue llevado en andas por sus compañeros y ovacionado por el público en Maracaná.
En el partido de despedida de su guardameta, el conjunto de Río de Janeiro venció y llegó a los cuatro puntos en la tabla. Al menos hasta este domingo, cuando se juegue el resto de la jornada del Brasileirao, es el único líder.
Julio César había debutado en 1997, con Flamengo, club en el que se quedó hasta 2005. En 1999, ganó la ya extinta Copa Mercosur. Tras convertirse en ídolo del club carioca, fue traspasado al Inter de Milán, en donde también llego a ser un referente. En el club italiano, ganó la Liga de Campeones 2009/10, además de cinco torneos locales.
Durante aquellas temporadas en el Inter, Julio César era a menudo considerado como uno de los mejores porteros del mundo, junto a Iker Casillas y Gianluigi Buffon.
Asiduo convocado a la selección brasileña desde 2004 y titular en el Mundial de Sudáfrica 2010, Julio César fue citado por Luiz Felipe Scolari para disputar el Mundial de Brasil 2014. Pese a que en ese momento el portero jugaba en el fútbol canadiense, el entrenador decidió otorgarle la titularidad de la ‘canarinha’.
Hasta la semifinal del campeonato, el nacido en Río estaba cumpliendo un buen papel. Sin embargo, el 8 de julio, sufrió en su portería los siete goles del combinado alemán y quedó marcado para siempre como el portero brasileño durante la goleada.
En una entrevista emitida el viernes en el canal ‘O Globo’, Julio Cesar reveló incluso que, después de ese partido, había decidido retirarse, pero que una propuesta del Benfica portugués para que ocupase su portería le hizo revertir su decisión. En el club luso, el brasileño se quedó hasta este año, cuando decidió volver al Flamengo para dar sus últimos pasos en el fútbol.
«Creo que, el día que me muera, dentro de mucho tiempo, el telediario dirá: ‘Muere Julio César, el portero del 7-1′», manifestó en la última semana.