Miles de estudiantes chilenos marcharon este jueves para exigir el fin del lucro en la educación superior y el endeudamiento con la banca que se ven obligados a contraer para poder estudiar.
La marcha autorizada por la principal avenida de la capital, Santiago de Chile, estuvo salpicada por algunos incidentes, cuando algunos manifestantes insistieron en marchar por las vías no autorizadas y fueron frenados por los chorros de agua de la policía.
Cuando la marcha se acercaba al final del recorrido, una treintena de encapuchados se desprendió de la columna y provocó a la policía lanzando petardos, piedras, botellas con pintura, desprendiendo señales de tránsito y prendiendo pequeñas fogatas.
Los efectivos antimotines respondieron con chorros de agua y gases lacrimógenos. No se informó sobre personas detenidas.
Rodrigo Rivera, vocero de la Confederación de Federaciones de Estudiantes de Chile, que agrupa a universidades públicas y privadas, aseguró que la marcha fue “completamente exitosa” y estimó que “sólo en Santiago” eran la menos 120 mil manifestantes y en todo Chile “más de 200 mil”.
Por su parte, la alcaldesa de Santiago, Karla Rubilar, indicó que según imágenes aéreas marcharon unos 30 mil estudiantes.
Esta fue la primera demostración de fuerza en las calles que enfrenta el presidente, Sebastián Piñera, quien pidió a los estudiantes marchar pacíficamente y destacó que ahora “la gran batalla es la calidad de la educación”.
Los estudiantes volvieron a marchar por el lucro en la educación que había sido prohibido por ley por el Gobierno de la expresidenta, Michelle Bachelet. Pero la normativa fue calificada de ilegítima por el Tribunal Constitucional el pasado 27 de marzo, que permitió a las empresas y organizaciones que buscan ganancias que se instalen como controladoras de planteles de educación superior.
El Tribunal a menudo actúa como tercera cámara y tiene la facultad de revertir o anular cambios o leyes aprobados en el Congreso a petición de parlamentarios.
Tres informes del Ministerio de Educación obtenidos por un medio local sobre el grupo Laureate, que controla tres universidades en Chile, concluyeron que “la actividad universitaria se instrumentalizó y desnaturalizó para beneficiar económicamente a sus controladores en desmedro de la calidad académica”.
Los jóvenes también persiguen el fin del endeudamiento con la banca privada, puesto que deben contraer péstamos exorbitantes e injustos que muchas veces terminan con mora, lo que da lugar a embargos de propiedades de sus padres.