Cuando te digamos qué país es el más amigable del mundo, posiblemente no te sorprendas: es Noruega. Sí, sabemos que los países nórdicos llevan mucho tiempo entre los que mejor fama tienen para vivir. Pero esta vez, no se trata solo de calidad de vida, producto bruto o nivel educativo. Sino quizás de algo más importante: su relación con el medioambiente. Es que Noruega no solo es el país más amigable del mundo con las personas, sino con el planeta.
En Noruega, los habitantes están empezando a reemplazar los vehículos tradicionales que funcionan con motor a combustión por vehículos eléctricos, la mejor forma de combatir el cambio climático. Esto convierte a Noruega en el país con mayor conciencia ambiental del mundo y uno de los países más amigables para vivir.
Steffen Kallbekken, director de investigación del Centro Internacional de Investigación Climática y Ambiental de la Universidad de Oslo, uno de cada cinco automóviles nuevos vendidos es eléctrico, y en 2017, más del 50% de los automóviles activos eran híbridos eléctricos.
Kallbekken publicó un artículo en el portal especializado Climate Change News en el que recuerda que los incentivos institucionales y comerciales hacen posible que actualmente se puedan comprar coches eléctricos en Noruega al mismo precio que los autos convencionales.
Los investigadores del Centro Internacional de Investigación Climática y Ambiental (CICERO) destacan que los vehículos eléctricos resultan más baratos de mantener que sus contrapartes Diesel, “por ejemplo, un Volkswagen e-Golf reduce los costos hasta un 75%” comentan los investigadores.
Los fabricantes de automóviles normales se están viendo en aprietos a causa de la gran demanda que se está viendo de estos tipos de autos. “No le pueden seguir el ritmo”, aseguraron Kallbekken y su equipo. “Miles de noruegos han estado esperando durante meses sus nuevos vehículos eléctricos y los vendedores han extendido rápidamente las fechas de entrega”, añadieron.
Los datos demuestran que el tiempo de espera para los modelos existentes de autos eléctricos es de entre ocho meses a dos años. La demanda del país nórdico se ha extendido por casi toda la población europea aumentando la competitividad comercial y la conciencia ambientalista en la región.
Por otro lado, Kallbekken advierte que Noruega debe alcanzar otras metas y mejoras si se pretende imponer las condiciones establecidas en el Acuerdo de París. A pesar de que falta mucho por lograr, todos aplauden al gobierno y a los ciudadanos noruegos por su compromiso y dedicación hacia nuestro planeta.
Cortesía: labioguia.com