Una joven de 18 años logró escapar este lunes de una familia que la torturaba, violaba y mantenía cautiva junto con otra mujer en una casa en la ciudad argentina de Bahía Blanca. Aldana García logró llegar hasta la casa de su madre y exponer al macabro ‘clan Benítez’, cuyo ‘modus operandi’ evoca al infame ‘clan Puccio’ que operó décadas atrás en el país sudamericano.
La joven denunció ante la Policía la pesadilla que sufrió a manos de Fernando Benítez, de 26 años, que fue detenido este martes junto a su hermano Gonzalo, de 24 años, y su madre de 65, María Esther Llanos. Los agentes encontraron en la residencia a Andrea Santa Cruz, de 23 años, que al igual que García presentaba mordeduras humanas y caninas en su piel, así como signos de brutales abusos sexuales.
«Me drogaban y me violaban con un destornillador», relató García, según el testimonio de su madre recogido por La Brújula 24. Ambas jóvenes debieron ser internadas en un hospital debido a la gravedad de sus heridas. García reveló que el primer detenido, Fernando, la agredía con un cinturón y la drogaba con cocaína para luego violarla.
Según trascendió, ambos mantenían una relación sentimental desde hace varios meses, pero la joven era aislada al máximo dentro de la residencia y su contacto con el exterior era estrictamente vigilado. Cuando salía de la casa, García trataba de encubrir los abusos que recibía de parte de su pareja afirmando que los signos de agresión en su cuerpo se debían a accidentes, hasta que un día ya no soportó más.
Su testimonio hizo que surgieran más detalles acerca del ‘clan Benítez’. Además de las dos jóvenes, otras dos mujeres confirmaron haber sufrido maltratos similares en esa vivienda. Una de ellas, una menor de edad, había denunciado a Fernando Benítez años atrás, pero su causa fue archivada. La otra afirma que tuvo un hijo con él.
«Me tenía secuestrada cuando estaba embarazada. Llegué a estar cinco días encerrada», denunció la víctima, llamada Micaela. «Al nene no lo conoce, nunca se hizo cargo. Me encerraba en la casa y la madre siempre fue cómplice. Ella decía que ‘yo era una piba y tenía que acceder a lo que él quería'», agregó.
Este caso ha evocado en la población argentina recuerdos de horror sobre los Puccio, una familia aparentemente común de Buenos Aires que durante la década de 1980 se dedicó a secuestrar empresarios, torturarlos en el sótano de su casa, exigir dinero por su rescate y posteriormente asesinarlos.
Ahora, el ‘clan Benítez’ se enfrenta al delito de privación ilegal de libertad, tentativa de homicidio, reducción a la servidumbre, abuso sexual y comercialización de estupefacientes. «Se me fue un poco la mano», dijo Fernando Benítez cuando era detenido por los agentes policiales.
FUENTE RT