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Consejos de seguridad y precauciones en las piscinas con niños

En esta ocasión con una de las actividades más refrescantes y que más divierte a los pequeños. Sin embargo, para que todo salga según esperamos hay que tener una serie de precauciones en la piscina con niños.

Siguiendo estos consejos, lograremos que el baño sea una experiencia gratificante y evitaremos sustos y riesgos que pueden poner en peligro la salud de los niños. Cada año se producen noticias desgraciadas sobre accidentes infantiles en las piscinas, por ello hay que hacer todo lo que esté en nuestras manos para evitarlos.

Vigilancia continua en la piscina

En el caso de los bebés está más claro (no quiero imaginar que alguien lo deje solo en una balsita o a la orilla de la piscina), pero cuando los niños se desenvuelven más o menos bien en el agua puede aparecer el descuido, nos confiamos. No obstante, tan solo un segundo de distracción puede ser fatal en un posible tropiezo, inmersión, golpe…

Tampoco pensemos que los flotadores o manguitos son buenos cuidadores, o si ya han aprendido a nadar o flotar, pues ni en esos casos los pequeños están exentos de riesgos. Los niños nunca pueden estar solos en la piscina, ni sin vigilancia.

Seguridad adicional, pero no infalible

Los flotadores, manguitos, tablas… son elementos de seguridad adicional que no sustituyen la vigilancia y acompañamiento de un adulto. Más que elementos de seguridad en sí mismos, diríamos que ayudan al niño a que tenga más posibilidades de desenvolverse en el agua sin miedo, pero no podemos «delegar» en ellos la función de salvavidas.

Aunque pueda resultar incómodo, tal vez conviene que lleven puestos los manguitos aun fuera del agua, por si cayeran inesperadamente a la misma, para no hundirse. No obstante, un niño puede no hundirse en el agua, pero puede tener otros problemas. Además, los flotadores o manguitos no son infalibles y pueden romperse y dejar de cumplir su función.

En cualquier caso, si queremos reducir riesgos, conviene que nos aseguremos de que los accesorios de seguridad que compremos sean de calidad y estén homologados convenientemente. También que comprobemos que no tienen pinchazos o rotos desde el anterior uso, antes de ponérselos.

En las piscinas públicas o comunitarias con socorrista, es conveniente tenerlo localizado para acudir a él ante cualquier emergencia, pero no podemos descargar la responsabilidad de vigilancia en él. El socorrista es un buen factor de seguridad, pero tampoco es infalible y no es tarea de él controlar el comportamiento de todos los niños en el agua.

Otro elemento de seguridad adicional (pero no infalible) serían los artilugios de seguridad para prevenir ahogamientos tales como pulseras para colocarle al niño que saltan si se moja (tendremos que estar pendientes de quitárselas y ponérselas a cada momento). Aunque particularmente no le veo sentido si los niños están en presencia de los adultos, pues lo que prima es que nos demos cuenta nosotros de que el niño puede caerse o se ha caído y actuar antes de que nos avise una alarma.

Un entorno seguro en la piscina

Tanto si es nuestra piscina particular, como si es comunitaria, la piscina debería estar inaccesible para los niños cuando esté cerrada, para evitar que se metan o caigan en ella. Debe estar rodeada por una verja o valla de la altura suficiente para que no la salten los niños. La puerta de acceso a la psicina debe tener un pestillo, cerradura o traba que los niños no puedan abrir por sí solos.

Para piscinas particulares existen dispositivos de seguridad homologados como por ejemplo las alarmas para piscina. En caso de una caída, una parte fija instalada en el borde o en el interior de la piscina emite por radio una señal sonora a la base.

Juguetes seguros

Hemos comentado que flotadores, manguitos y tablas de flotación han de estar homologadas, pero lo mismo sucede con otro tipo de accesorios: los juguetes acuáticos e hinchables para piscinas. Si estos juguetes no están avalados por los controles de seguridad de la Comunidad Europea pueden ser defectuosos.

Hay que procurar no dejar los juguetes solos en el agua, ya que los niños pueden querer lanzarse a por ellos. Para evitar ese riesgo, mejor sacar los juguetes del agua al mismo tiempo que los pequeños, y de ese modo además tendrán con qué entretenerse fuera del agua.

Los drenajes, rejillas y accesorios de limpieza de la piscina no son juguetes, por lo tanto los niños no deberían tocarlos.

Juegos seguros

No siempre hacen falta juguetes para jugar. Muchos juegos son divertidos en la piscina, pero hay que evitar aquellos que conlleven riesgos, como los de correr junto a la piscina, saltar junto a otros, empujarse, golpearse, hacerse «ahogadillas»… En los toboganes, hay que ser prudentes, esperar turno, no tirarse si hay alguien abajo…

Especialmente peligrosos son los resbalones en el borde de la piscina, o las inmersiones imprudentes de cabeza que no controlan la distancia al suelo y acaban con traumatismos graves.

Niños en la piscina

Educación previa

En relación a los puntos anteriores, está claro que un niño no nace enseñado y muchas de las normas le son desconocidas. No podemos esperar que un niño se comporte de manera segura si no sabe cómo hacerlo, pues para él la piscina será un lugar de juego más.

Nunca es pronto para hablarles sobre lo que esperamos de ellos en la piscina, cómo pensamos que nos lo vamos a pasar bien y cómo no nos haremos daño. Por ello es importante explicarle al niño el comportamiento que debe tener dentro del agua, especialmente en relación a los juegos peligrosos que hemos comentado con anterioridad.

De ese modo sabrán, antes de llegar, que no deben tirarse desde el bordillo encima de otros, sujetarse de otro niño que está en el agua, tirarse cerca de los escalones…

Enseñarles a nadar

Aparte de la educación, también puede haber una enseñanza previa, me refiero a las clases de natación: cuanto antes aprendan a flotar, a nadar y a desenvolverse en el agua, antes serán capaces de evitar riesgos ante caídas inesperadas al agua…

Sin embargo, que sepan nadar no implica que no debamos estar atentos: los niños pueden cansarse fácilmente o confiarse en exceso y llegar a sitios donde no hace pie, asustarse… Entonces volvemos al primer punto: siempre tenemos que estar pendientes de ellos cuando están dentro del agua.

Ante una emergencia

Si hay socorrista, lo hemos de localizar rápidamente en caso de que no se haya dado cuenta del incidente. En cualquier situación es interesante que los padres tengamos nociones de reanimación cardiopulmonar para poder actuar si no hay socorrista, y mientras llegan los servicios de emergencia, a los que debemos llamar de inmediato.

Baño en la piscina con bebés

Los bebés más pequeños son los más vulnerables en el agua, y no se pueden bañar solos en ningún caso, pues no controlan sus movimientos, no les sirven manguitos ni flotadores. Existen portabebés aptos para bañarse con ellos, y si no en brazos será muy divertido.

Si el niño aún es pequeño pero se mantiene en pie es conveniente quedarnos en la piscina para niños, que suele ser pequeña, o restringirle un área de la piscina, escogiendo como es lógico la zona menos profunda y cerca de los bordillos. Así correrá menos riesgo y será más fácil controlarlo para el adulto.

Otras precauciones importantes

No son precauciones exclusivas de la piscina, pero no podemos olvidarnos de cuestiones tan importantes como la protección solar o el tiempo de digestión.

Es conveniente no ir a la piscina, si le da el sol, en las horas centrales del día, y en todo caso hacerlo con la crema protectora bien aplicada. Si vamos a estar mucho tiempo al sol, hay que reponer la crema, y cuando estemos fuera del agua buscaremos la sombra de sombrillas, árboles… En definitiva, no hay que descuidar la protección solar de los niños.

No es adecuado lanzarse al agua tras una comida copiosa, por lo que dejaremos el tiempo suficiente para descansar y hacer la digestión. Si la comida (almuerzo, merienda) es ligera, no habrá problema en el baño siempre que la temperatura del agua no sea extrema y no se realice un gran esfuerzo que agote al niño.

También es bueno si el agua está muy fría entrar a la piscina poco a poco, mojándose primero pies y muñecas, para evitar choques térmicos.

Habitualmente la piscina es una experiencia rica para el desarrollo del niño, y queremos que así siga siendo, pues tiene mucho que aportarle y aportarnos a todos.

Por ello es importante seguir estos consejos de seguridad para la piscina con niños, empezando por la vigilancia activa y continua. Con toda probabilidad este verano los pondremos en práctica en más de una ocasión y lo pasaremos estupendamente, y fresquitos, en familia.

Cortesía: bebesymas.com



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