Los escándalos son el signo precursor
Un conocido periodista señala la regresión general de valores morales como el trabajo, la valentía, la honestidad y la solidaridad. Le preocupa la vida en sociedad al constatar esa decadencia de todo lo que es imprescindible para hacerla posible y soportable. Y también le preocupa la repentina multiplicación de «escándalos». Lo ve como un signo de esta gangrena que alcanza a todo el cuerpo social. Deporte, política, economía, medios de comunicación… ¡La corrupción, el «dinero sucio» y los diferentes fraudes llegan a todos los sectores!
¿Cuál es el origen y las consecuencias de esta decadencia? La Palabra de Dios nos da la respuesta: “Del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19); y “el que practica el pecado es del diablo” (1 Juan 3:8). La Biblia precisa que la situación se agravará a tal punto que será casi insoportable. Entonces el mundo recibirá con alivio al hombre fuerte que tratará de poner todo en orden, al precio de una opresión sin precedentes. ¡Pero antes el Señor vendrá a buscar a su Iglesia!
¡La pérdida de pautas morales es el signo precursor de este terrible período de desórdenes y de juicios que empezará para la humanidad! Reconozcamos también que todo ese mal germina en nuestro propio corazón. ¡Confesémoslo a Dios! Aceptemos personalmente su gracia que quiere liberarnos y darnos una vida nueva basada en el sacrificio de Cristo.