Sudán, el último rinoceronte blanco que queda en el mundo, se encuentra muy delicado de salud según la reserva natural keniana de Ol Pejeta, lugar donde este mamífero ha vivido durante los últimos 9 años. El rinoceronte de 45 años estuvo enfermo a finales del año pasado por una infección en su pata derecha, de la que afortunadamente se recuperó. Sin embargo, recayó y esta vez su avanzada edad está dificultando el proceso de curación, a pesar de los esfuerzos de sus cuidadores y veterinarios quienes con tal de sacarlo adelante lo cuidan las 24 horas del día.
“Estamos muy preocupados por él. Es extremadamente anciano para ser un rinoceronte y no queremos que sufra innecesariamente”, declaró en un comunicado la reserva natural, quien al parecer ya está preparada para lo peor. Cabe mencionar que Sudán es el último rinoceronte blanco macho en el mundo, y aunque en la reserva en la que vive también habitan otras dos hembras, su edad avanzada le ha impedido reproducirse. Hasta ahora, parece que la fecundación artificial, la cual nunca se ha probado en rinocerontes, es la única esperanza de que esta especie siga con vida.
Sudán y sus compañeras son custodiadas por guardias las 24 horas del día, esto con el fin de impedir que los cazadores acaben con ellos como lo hicieron con los demás rinocerontes blancos, ya que sus cuernos valen más que el propio oro en el mercado asiático por las supuestas propiedades curativas que tienen, lo que desencadena la caza ilegal de estos animales.
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