De la euforia a la tristeza hay un paso. Tras un inicio de temporada inmaculado, el Inter tocó la gloria el el tres de diceimbre con una goleada al Chievo que permitió aupar al cuadro ‘neroazzurro’ al liderato de la Serie A. Desde entonces, los pupilos de Spalletti no conocen la victoria. Un mes de diciembre nefasto y un inicio de año paupérrimo en cuanto a juego y resultados han llenado de dudas a un proyecto en donde hasta hace bien poco eran todo certezas.
Con el último empate ante el Crotone en el Giusseppe Meazza, decimoséptimo clasificado, el Inter igualó su racha más larga sin conocer la victoria en su historia en la Serie A. En apenas dos meses ha pasado de soñar con un título que no alza desde hace ochos años a proteger su plaza para la próxima edición de la Champions League. Atrás quedan las doce victorias y cuatro empates que Spalletti firmó en su llegada a Milan. Los seis puntos conseguidos de los últimos 24 en disputa han autodestruido un bloque que ha perdido toda la confianza en su juego.
Fiorentina, Roma, Spal y Crotone. Mismo resultado y mismas sensaciones. El Inter no conoce un resultado diferente al 1-1 en lo que va de 2018. Aquel equipo versátil capaz de adaptar su juego en función de las características del rival para hacer daño tanto con la posesión del balón como en el ataque de los espacios se ha convertido en un conjunto previsible cuya intensidad ha disminuido y ni encuentra fluidez en la creación ni pólvora en los metros finales.
La llegada de Spalletti procedente de la Roma en verano dotó al Inter de una identidad específica desde su llegada. Los ‘neroazzurros’ querían el balón. Con fichajes estratégicos de jugadores con experiencia en Italia, contrastados y proclives al fútbol de posesión con intención de dañar al rival, el técnico italiano armó un equipo poderoso en las áreas e inteligente en la toma de decisiones en el transcurso de los partidos. Poco queda de ello en estos momentos. La inestabilidad y la imprevisibilidad han regresado a Milan con más fuerza que nunca.
«Cuando aparecen dificultades somos débiles»
«Los jugadores no están tranquilos ni tienen la confianza suficiente para transferir su calidad al campo». Palabras de Spalletti tras el quinto empate consecutivo del Inter. Los italianos atraviesan un momento difícil en donde no encuentran el fútbol que antaño les hizo dominar la Serie A. Su capitán y máximo goleador, Mauro Icardi, ejemplifica la crisis de los ‘neroazzurros’.