Multa récord para el fabricante de procesadores Qualcomm en Europa. Las autoridades comunitarias han dado un millonario tirón de orejas a la firma estadounidense por sus prácticas monopolísticas al pagar a Apple por ser su proveedor de chips en exclusiva en sus iPhones y otros productos como el Apple Watch y el iPad.
Finalmente la sanción se queda en 1.000 millones de euros, aunque podía haber sido bastante superior. Hay que tener en cuenta que la UE prevé multas de hasta el 10% de los ingresos anuales de una compañía para estos casos. Qualcomm declaró 18 millones de euros en 2017.
La investigación se remonta a 2015, cuando Bruselas decidió tutelar e investigar la conducta del fabricante de chips ante las sospechas de «pagos signiticativos» a un fabricante de primera línea desde 2011 con la condición de que únicamente utilizase sus procesadores.
«Qualcomm cerró ilegalmente el mercado de chipsets de LTE a sus competencia durante más de cinco años, lo que cimentó su dominio en el mercado», han dicho las autoridades estadounidenses al anunciar la decisión. «Ningún rival podía competir con Qualcomm, por muy bueno que fueran sus productos», ha remachado Margrethe Vestager, comisaria europea de competencia en la rueda de prensa en la que se ha anunciado la competencia.
Aguas revueltas
Esta decisión de la Comisión Europea llega en un momento delicado para esta multinacional. La firma envió a principios de esta semana una nueva carta a sus accionistas de cara a su Asamblea Anual de Accionistas de 2018, que se celebrará el 6 de marzo de 2018.
En esta segunda misiva pide reelegir a la junta directiva de la empresa de cara a evitar la adquisición por parte del gigante Broadcom, que ha puesto sobre la mesa una oferta pública de compra de la compañía.
Pero, a diferencia de lo que podía parecer, Apple no ha salido al paso de este asunto. Todo lo contrario. La manzana puede ser la gran beneficiada de todo este asunto, ya que crea un precedente de cara al contencioso que mantienen ambas empresas en otros lugares del mundo. El fabricante del iPhone acusa a Qualcomm de «tácticas y royalties excesivos» que, según afirman, les ha supuesto un sobrecoste de miles de millones de dólares en los últimos años.
