La decisión la tomó la noche del sábado el juez de distrito federal de Seattle (costa oeste) James Robart tras escuchar los argumentos planteados por dos organizaciones de protección de derechos civiles: Unión de Libertades Civiles de EE.UU. (ACLU) y el Servicio Familiar Judío.
Estas asociaciones afirmaron que la prohibición de Trump causa daños irreparables a familias y pone a algunas personas en riesgo, mientras que los abogados del Gobierno remarcaron que la medida es necesaria para proteger la seguridad nacional.
Robart instó al Gobierno federal a continuar el proceso de admisión de ciertas solicitudes de refugiados y aseguró su decisión se debe a aplicar «a personas con una relación real con una persona o entidad de EE.UU.».
A finales de octubre, el Gobierno estadounidense vetó la entrada de refugiados procedentes de 11 países de mayoría musulmana, la mayoría de África y Oriente Medio, a la espera de una revisión de seguridad de 90 días.
Los afectados son ciudadanos de Egipto, Irán, Irak, Libia, Mali, Corea del Norte, Somalia, Sudan del Sur, Sudán, Siria y Yemen.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha criticado las leyes migratorias y de refugiados de EE.UU. como demasiado laxas y ha prometido reforzar los requisitos para viajar y lograr residencia legal en el país, especialmente de países con mayoría de la población musulmana.
FUENTE : EL ESPECTADOR