La agencia que regula las comunicaciones en Estados Unidos puso fin el jueves a la «neutralidad de la red», el principio por el cual los proveedores de Internet tratan de manera equitativa el tráfico, en medio de un enconado debate sobre la libertad en línea.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), en una votación de 3 a 2, aprobó una propuesta del presidente designado por los republicanos, Ajit Pai, quien dijo que se propone acabar con reglas «torpes» que desalientan la inversión y la innovación.
Uno de los contrarios a la decisión, el demócrata Mignon Clyburn, señaló que la FCC «está entregando las llaves de Internet» a «un puñado de corporaciones multimillonarias».
La medida, que anula reglas fijadas en 2015 bajo el gobierno de Barack Obama, teóricamente permite a los proveedores de servicios de Internet (ISP) decidir a qué sitios web se podrá acceder y a qué velocidad, lo que podría conducir a la creación de una «Internet de dos velocidades».
En el momento en el que la regulación comience a aplicarse, las compañías proveedoras de internet podrán decidir qué portales bloquear o ralentizar, incluidos los de medios de comunicación o difusión de vídeo, y solo estarán supeditadas a hacerlo público.
Los comisionados republicanos, incluido Pai, argumentaron que la decisión supone acabar con una regla que trataba con «mano dura» a la industria de proveedores de internet ante «hipotéticos daños».
Por su parte, las dos comisionadas demócratas expusieron las consecuencias negativas que podría tener la supresión de la «neutralidad en la red» en consumidores y pequeñas empresas proveedoras de contenido.
Las responsables de la oposición incidieron en la necesidad de retrasar el voto hasta que se investigue el masivo registro de comentarios a la propuesta de la Comisión, 22 millones en total, de los que al menos dos millones habrían sido realizados desde perfiles falsos, según denunció el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman.
El voto tuvo que ser suspendido durante unos minutos por «motivos de seguridad» y, paralelamente, se registraron manifestaciones contra la decisión en el exterior de la sede del regulador en Washington.
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